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Para ponernos a pensar...
 

    No tengo otro defensor‏.

    "Señor mío, único rey nuestro.

    Protégeme, que estoy sola y no tengo otro defensor fuera de ti,
    pues yo misma me he expuesto al peligro.
    Desde mi infancia oí, en el seno de mi familia, cómo tú, Señor,

    escogiste a Israel entre las naciones, a nuestros padres entre todos sus antepasados, para ser tu heredad perpetua; y les cumpliste lo que habías prometido.
    Atiende, Señor; muéstrate a nosotros en la tribulación, y dame valor,

    Señor, rey de los dioses y señor de poderosos.
    Pon en mi boca un discurso acertado cuando tenga que hablar al león.
    A nosotros, líbranos con tu mano; y a mí, que no tengo otro auxilio fuera de ti, protégeme tú, Señor, que lo sabes todo."

    Ester 14,1.3-5.12-14.