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La
tentación más frecuente
«La tentación más
frecuente, la más oculta, es nuestra falta de fe.
Esta se
expresa menos en una incredulidad declarada que en preferencias de
hecho.
Cuando se empieza a orar, se
presentan como prioritarios mil trabajos y cuidados que se
consideran más urgentes;
una vez más, es el momento de la
verdad del corazón y de clarificar preferencias.
En
cualquier caso, la falta de fe revela que no se ha alcanzado
todavía la disposición propia de un corazón humilde:
«Sin
mí, no podéis hacer nada»
Catecismo de la Iglesia
Católica No, 2732
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