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No hay
atajos....
Al principio
de su ministerio Público, satanás
lleva a Jesús a lo alto de un monte.
Le muestra
todos los reinos de este mundo y su magnificencia, y le dice:
“Todo esto te
daré si postrado me adorares”
Parece un
pequeño precio: una inclinación por todo aquello.
Jesús rehúsa.
No hay atajos
en el camino a la Gloria.
Al final de su
vida, en otra montaña, Jesús le dice a sus discípulos
que el Padre le ha dado todo aquello y
más:
“Se me ha dado todo el poder en el
cielo y en la tierra”
¿El costo?:
No una inclinación ante satanás, sino
el cumplimiento de la voluntad del Padre.
No hay atajos.
Del
libro blanco. +Bishop Ken Untener
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