Consideraciones.org

 
Para ponernos a pensar...
 

    Del protagonista.  


    Desde que la semilla ha sido arrojada a la tierra,
    comienzan en lo secreto, una serie de maravillas.
    La cosa no depende ya de si el campesino se preocupa o no.
    La semilla tiene su ritmo.
    Hay que tener paciencia, como la tiene el labrador.
    El Reino crece desde dentro, por la energía del Espíritu.
    No es que seamos invitados a no hacer nada,
    pues parte de la providencia divina es
    que ha puesto en nosotros la capacidad de previsión. Y provisión.
    Hemos de ocuparnos, pero sin perturbarnos,
    trabajar con la mirada puesta en Dios,
    sin impaciencia,
    sin exigir frutos a corto plazo,
    sin absolutizar nuestros méritos
    y sin demasiado miedo al fracaso.
    Cristo nos dijo: «Sin mí no podéis hacer nada».
    Sí, tenemos que trabajar.
    Pero nuestro trabajo no es lo principal.
    El protagonista es Dios.

    J. Aldazábal.