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Traer
a la fuerza...
San Agustín
hablaba de cómo hay que tener un amor que lleve a buscar
incluso al que no quiere ser buscado:
“Tú quieres
errar, tú quieres perderte;
pero no quiero
yo.
En última instancia no quiere Aquél que
me atemoriza.
Si yo lo
quisiera, mira lo que me dice, mira cómo me increpa:
No recondujisteis a la que estaba
descarriada ni buscasteis a la que se había perdido”
“Llamaré a la
oveja descarriada, buscaré a la perdida.
Quieras o no, lo haré.
Y aunque al
buscarla me desgarren las zarzas de los bosques,
pasaré por todos los lugares, por
angostos que sean;
derribaré
todas las vallas;
en la medida
en que me dé fuerzas el Señor que me atemoriza, recorreré todo.
Llamaré a la descarriada, buscaré a la
perdida.
Si no quieres tener que soportarme, no
te extravíes, no te pierdas”.
San Agustín
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