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Arrástranos.
Señor, aun en medio de nuestras dudas;
conserva nuestras mentes disponibles y abiertas a nuevos y más
profundos descubrimientos.
¡Revélate!
Arrástranos en
tu seguimiento hasta tu abismo,
hasta la región inaccesible a nuestras
exploraciones humanas,
hasta el misterio de tu ser.
Pero para ello
se precisa una lenta, frecuente y perseverante relación.
Una enamorada
no descubre en un solo día todas las cualidades de la persona
amada.
¿Cuánto tiempo paso cada día con Cristo?
¿Por qué me
extraña pues que te conozca tan poco?
P.
Llucia Pou Sabaté
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