¿Trapacerías?
Cuando los golpes se aceptan como el martilleo del artista,
que quiere hacer de cada uno,
de esa masa informe que todos
somos, un crucifijo, un Cristo…
jamás faltará entonces la fuerza
divina
para sostenernos y concedernos su apoyo.
Gratias tibi
Deus!,
porque nunca nos has abandonado,
Porque has combatido
por nosotros y con nosotros.
Ninguna trapacería del diablo ha
podido ni podrá nada contra ese querer del Señor,
tan patente y tan
misericordioso.
Gracias tibi!
Don Álvaro del
Portillo