«Si tu ojo derecho te escandalizare...
¡arráncatelo y tíralo lejos!
¡Pobre corazón, que es el que te
escandaliza!
Apriétalo, estrújalo entre tus manos: no le des
consuelos.
Y, lleno de una noble compasión, cuando los pida, dile
despacio, como en confidencia:
«Corazón, ¡corazón en la Cruz!,
¡corazón en la Cruz!»
Lo escribió un amigo mío muy querido
#163 en algún libro