Consideraciones.org

 
Para ponernos a pensar...
 

  Ese quejarse...‏

...Mucho me alegra que compruebes personalmente que el yugo del Señor es, no solo ligero, sino que,

saltándose a la torera las leyes de la gravedad,

hace que aquel sobre quien actúa ande más velozmente, y se desprenda de la tierra, para vivir la dicha de la vida sobrenatural,

y, borracho de celestial borrachera,

sólo piense en Aquél que le escogió, para uncirle con su yugo.

Pero es necesario que sea efectivamente de Él.

Por lo tanto, esas tristezas; ese sentir la soledad; ese quejarse de lo que parece adverso; ese "acusar" las enfermedades;

tanto y tanto detalle, no tienen razón de ser, y hay que desecharlos.

¿Es que acaso no nos ama Jesús?

Entonces... todo es bueno, porque lo es nuestro Dios.

Por lo tanto, ¡alegría, siempre!

Alegría que no es preciso que sea sensación física,

sino paz interna que siempre ha de reflejarse en el exterior, por caridad con Dios y por caridad con los que nos rodean.

Don Álvaro del Portillo