Un último
destino.
«La muerte pone fin
a la vida del hombre
como tiempo abierto a la aceptación o rechazo
de la gracia divina
manifestada en Cristo.
El Nuevo
Testamento habla del juicio
principalmente en la perspectiva del
encuentro final con Cristo
en Su segunda venida;
pero
también asegura reiteradamente la existencia de la retribución inmediata
después de la muerte de cada uno
como consecuencia de sus
obras y de su fe.
La parábola del pobre Lázaro y la palabra de
Cristo en la Cruz al buen ladrón,
así como otros textos del Nuevo
Testamento,
hablan de un último destino del alma
que puede
ser diferente para unos y para otros»
Catecismo de la
Iglesia 1021