|
Si un día...
Si un día nos enfrentamos con tentaciones
inevitables,
acordémonos que Jesús nos obligó a embarcarnos;
no es posible alcanzar la otra orilla sin pasar
por la prueba del oleaje y del viento huracanado.
Luego, cuando nos veamos rodeados por numerosas y
penosas dificultades,
cansados de navegar en
medio de ellas con la pobreza de nuestros medios,
pensemos que nuestra barca está entonces en medio
del mar, y que este oleaje busca "hacer naufragar nuestra fe".
Mantengámonos seguros hasta que
cercano el fin de la noche,
cuando "la noche está avanzada y el día está
cerca",
el Hijo de Dios llegará andando sobre las aguas y
calmando la tempestad.
Orígenes
|
|