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De aceites y de tontos... San Agustín de
Hipona
“…Pero vosotros, llevar
este aceite con vosotros;
llevadlo en vuestro
interior donde sólo mira Dios;
llevad allí el
testimonio de una buena conciencia...
Si evitáis el mal y
hacéis el bien para recibir los elogios de los hombres, no tenéis aceite en
el interior de vuestra alma...”
…“Las lámparas de las vírgenes necias también
brillan, y ¿por qué brillan?
Porque su luz era
mantenida por las alabanzas de los hombres.
Cuando se han levantado,
es decir, en la resurrección de los muertos, han empezado a disponer sus
lámparas,
es decir, a preparar la cuenta que debían rendir
a Dios de sus obras.
Sin embargo, entonces no
hay nadie para alabarlas...
Buscan, como lo han hecho siempre, brillar con el
aceite de otros,
vivir de los elogios de los hombres:
«Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras
lámparas se apagan»”.
San Agustín de Hipona
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