Consideraciones.org

 
Para ponernos a pensar...
 
De pequeñeces y pobrezas...

Yo sé muy bien que lo que le agrada a Dios

en mi pobre alma

es verme amar mi pequeñez y mi pobreza,

es la esperanza ciega que tengo en su misericordia...

Este es mi único tesoro.

Hermana querida...,

comprende que para amar a Jesús...,

cuanto más débil se es,

sin deseos ni virtudes,

más cerca se está de las operaciones de este Amor

consumidor y transformante...


Mantengámonos, pues, muy lejos de todo lo que brilla,

amemos nuestra pequeñez,

deseemos no sentir nada.

Entonces seremos pobres de espíritu

y Jesús irá a buscarnos,

por lejos que nos encontremos,

y nos transformará en llamas de amor...

¡Ay, cómo quisiera hacerte comprender lo que yo siento...!


La confianza, y nada más que la confianza, puede conducirnos al amor...

El temor ¿no conduce a la justicia...?

Santa Teresita del Niño Jesús (1873-1897). Cartas.