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Si salen mal....‏  

Un célebre escrito cristiano del siglo II advertía:

"¿Por qué no sube hasta el altar de Dios la súplica del hombre que sufre tristeza? (...) –

Porque la tristeza mezclada con la súplica no deja subir a ésta, pura, hasta el altar de Dios.

Porque así como el vino mezclado con vinagre no tiene el mismo sabor,

así la tristeza, mezclada con el Espíritu Santo, no tiene la misma fuerza de súplica.


Purifícate, pues, de esta tristeza mala, y vivirás para Dios.

E igualmente vivirán para Dios todos los que arrojen de sí la tristeza y se revistan de toda alegría"


Pastor de Hermas, Mand. X, cap. 3,3-4).