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De libros y de espantos.
-“Los
muertos fueron juzgados conforme a sus obras y según lo escrito en los
libros”.
Todo lo que se hace diariamente se escribe en libros.
El símbolo es claro.
La salvación o la condenación no son
una fantasía injusta de Dios:
en este momento, hoy, estamos construyendo el Juicio...
porque nuestra vida, nuestros
gestos, nuestras palabras de hoy,
nuestros compromisos y nuestros
rechazos de hoy
se están inscribiendo en los libros de Dios.
Por qué querer ocultarte, Señor que
¡todo esto me espanta!
Conozco bien la pobreza y los pecados de mi vida.
Ante tu santa mirada es más patente
mi pecado.
Pero creo también que, en tu gran Libro, se inscribe también mi
arrepentimiento,
y la demanda humilde de perdón que hoy te hago.
Ten piedad, Señor.
Anónimo
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