|
Una barbaridad…
La primera vez que oímos una barbaridad decimos o
pensamos:
“¡Esto es una barbaridad!”
pero si la escuchamos
cincuenta veces
--como hoy tristemente sucede--
corremos el riego de
acostumbrarnos
e imaginar que “no es para tanto”,
que “si todo el mundo lo
dice”
que no se puede “perder el tren de la historia”,
que hay que “ser
modernos”,
y acabamos
admitiendo la
monstruosidad
como la cosa más natural del mundo.
Padre Antonio Orozco Delclós
|
|