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No son simplemente ideales.
Sufrir con el
otro,
por
los otros;
sufrir por amor a la verdad y a la justicia;
sufrir a causa del amor para llegar
a ser una persona que ama de veras,
son elementos fundamentales de
humanidad;
su abandono destruiría al mismo hombre.
Pero una vez más surge la pregunta:
¿somos capaces de ello?...
En la historia de la humanidad,
la fe cristiana tiene, precisamente,
el mérito de haber suscitado en el hombre,
de manera nueva y más profunda,
la capacidad de sufrir de esta
manera que es decisiva para su humanidad.
La fe cristiana nos ha enseñado que
la verdad, la justicia y el amor
no son simplemente ideales,
sino realidades de una enorme
densidad.
En efecto, nos ha enseñado que Dios
–la Verdad y el Amor en persona-
ha querido sufrir por nosotros y con
nosotros.
Benedicto XVI. « Spe salvi »
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