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¿Otra tarea?
Participar en la
redención,
cooperar en la santificación del mundo,
llevar a Dios todas las cosas,
salvar almas para la eternidad:
¿cabe una tarea más grande?
En rigor, la
pregunta habría de ser:
¿cabe otra tarea?
Para quien mira
con ojos de fe, la respuesta es clara:
desde que el pecado se insertó en la
savia del árbol de la humanidad,
sólo hay una cosa que hacer:
redimir, redimir con Cristo.
Lo demás no merece la pena.
El verdadero
horizonte del cristiano es la obra de la redención.
Cualquier otra finalidad supondría
un voluntario estrechamiento
de nuestro propio ámbito.
Cerrar los ojos a este panorama
inmenso sería una triste caída en el egoísmo;
poco habríamos comprendido de lo que
significa ser cristiano.
Antonio Orozco Delclós
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