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Sea lo que sea.
En tus manos me
entrego Señor.
En tus manos me entrego, Señor, haz conmigo lo que
quieras.
Me
has hecho para tí.
No quiero pensar más en mi mismo.
Quiero seguirte.
¿Qué quieres que haga?
Seguiré tu camino. Sea lo que sea
-dolor o alegría- lo quiero hacer.
Te ofrezco los deseos, las debilidades,
los planes que me apartan de ti y me
inclinan sobre mí mismo.
Señor, tú has
sido admirable conmigo, durante toda la vida.
En adelante no me abandonarás.
Lo sé, aunque no tengo derecho
ninguno ante ti.
No me dejes
seguir mi camino sin pensar en ti.
Haz que todo lo examine ante ti,
que busque tu voluntad en cada
decisión
y
tu bendición en cada acción.
Como el reloj de sol actúa por el sol,
así quiero yo moverme por ti,
si Tú quieres llevarme y guiarme.
A ti me entrego totalmente.
Amen.
Cardenal Newman
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