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Mi timonero.
“¿Por qué tener miedo?”
Navega la barca de mi
vida
Entre las oscuridades y las sombras de la noche,
Y no veo ningún puerto,
Estoy a la merced del
mar profundo.
La más pequeña tempestad podría hundirme,
Sumergiendo mi barca en
el torbellino de las olas,
Si no vigilaras sobre mi
Tu Mismo, oh Dios,
En cada momento de mi vida, en cada instante.
En medio del estruendo de las olas
Navego tranquilamente
con confianza
Y, como una niña, miro adelante sin temor,
Porque Tu, oh Jesús,
eres mi luz.
Todo alrededor es horror y espanto,
Pero mi paz es más
profunda que las profundidades del mar
Porque quien está
Contigo, Señor, no perecerá
Me lo asegura Tu amor
divino.
Aunque alrededor hay muchos peligros,
No los temo, porque miro
el cielo estrellado.
Y navego con denuedo y
alegría,
Como corresponde a un corazón puro.
Pero sobre todo, únicamente
Por ser Tu mi timonero,
oh Dios,
La barca de mi vida navega tan serenamente
Lo reconozco en la más
profunda humildad.
Santa Faustina
Kowalska
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