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Para ponernos a pensar...
 
Tras el silencio‏.

Muchas veces no se dan los signos extraordinarios:

crece la semilla lentamente,

hay que esperar.

Es una llamada a no perder la confianza:

el que ha comenzado la obra en nosotros la consumará.

En la historia del mundo y nuestra vida,

tras el silencio, Dios habla;

tras la noche, amanece Dios.

Mientras tanto, en lo minúsculo actúa ya lo grandioso:

incluso en este mundo que parece no conocer el reino, está ya actuando el Reino de Dios

Thierry Maertens and Jean Frisque