|
El demonio, hoy también, tuerce y
desfigura.
Jesús ha dicho que no al
demonio, al príncipe de las tinieblas. Y en seguida se manifiesta la luz.
Con eso le dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le
servían. Jesús ha soportado la prueba. Una prueba real, porque, comenta San
Ambrosio, no obró como Dios usando de su poder (¿de qué, entonces, nos
hubiera aprovechado su ejemplo?), sino que, como hombre, se sirvió de los
auxilios que tiene en común con nosotros.
El demonio, con
intención torcida, ha citado el Antiguo Testamento (…) Vale la pena
considerar este modo, que Satanás ha utilizado con Jesucristo Señor Nuestro:
argumenta con textos de los libros sagrados, torciendo, desfigurando de modo
blasfemo su sentido.
San Josemaría
Escrivá de Balaguer
|
|