|
Dios (y el amor que se le parece)
El Reino está aquí, en
medio de las oposiciones y de los fracasos.
No tenemos que huir de
la historia (aunque ésta sea fragmentaria, equívoca y mezquina).
El discípulo sabe ver en
todo esto la presencia de Dios.
Parece que muchas cosas no dan fruto, que no
sirvan para nada, comenzando con el rezar,
pero Dios (y el amor que
se le parece)
no pretende que cada gesto tenga un fruto,
que cada esfuerzo
obtenga su recompensa.
El amor vale por sí
mismo,
lo mismo que la atención a los hombres, la
obstinación en la solidaridad, la esperanza.
Dios se da sin reservas.
F. Maggioni
|
|