Consideraciones.org

 
Para ponernos a pensar...
 
Decírtelo‏

Quieres oírlo.

Quieres que mis labios lo pronuncien, Señor Santo y bueno.

No necesitas mi cariño, pero quieres que Te quiera, que corresponda,

que me porte bien para que me salve.

Lo haces por Mí. Me creaste para Ti y quieres que lo entienda, que lo asimile,

y que a través de entenderlo y de hacer, llegue a la morada celestial

a la que me has destinado y a la que empujas duro a mis espaldas para que lo logre.

En mí lo haces con mucha fuerza, casi no puedes empujar más,

y yo, tonto y malo a la vez, no reacciono.

¡Perdón!

´Te amo! Y debería decírTelo más y con más fuerza.

Tú, a Tu vez, ayúdame más.

¡Gracias!, ¡perdón!, ¡ayúdame más!

Anónimo