|
¿Os causa vergüenza?
La
enormidad de mi Pasión, de la que sois los autores, ¿os causa vergüenza?
No tengáis miedo.
Esta cruz no fue mortal para mí, sino para la
muerte.
Estos clavos no me penetran de dolores, sino de un amor más
profundo hacia vosotros.
Estas heridas no causan mis gemidos, sino
que os permiten entrar más hondo en mi corazón.
El acuartelamiento de
mi cuerpo os abre los brazos, no aumenta mi tormento.
Mi sangre no se
ha perdido para mí, ha sido vertida para vuestro rescate.
Venid, pues,
volved a mí y reconoced a vuestro Padre,
al ver que os da bien a
cambio de mal,
amor a cambio de ultrajes
y mucha caridad a
cambio de grandes heridas.
San Pedro Crisólogo
|
|