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Tiene su cabeza inclinada.
El sufrimiento tiene que venir
porque si ustedes miran
la cruz, Él tiene su cabeza inclinada hacia abajo
— quiere besarlos —
y Él tiene ambas manos
completamente extendidas
— quiere abrazarlos —.
Él tiene su corazón
totalmente abierto para recibirlos.
Entonces cuando se
sientan miserables miren hacia la cruz
y sabrán lo que está
ocurriendo.
El sufrimiento, dolor, pesar, humillación,
sentimientos de soledad,
no son sino el beso de
Jesús,
la señal de que ustedes se han acercado tanto,
que Él puede besarlos.
Ese sufrimiento tiene que venir tal como vino a
la vida de Nuestra Señora,
y tal como vino a la
vida de Jesús,
tiene que venir también a sus vidas.
Pero nunca pongan caras
de tristeza. El sufrimiento es un regalo de Dios.
Es un vínculo interno
entre ustedes y Jesús.
Santa Teresa de
Calcuta
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