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El enemigo de Dios. Amigos de Dios
El enemigo de Dios y del
hombre, satanás, no se da por vencido, no descansa.
Y nos asedia, incluso
cuando el alma arde encendida en el amor a Dios.
Sabe que entonces la
caída es más difícil, pero que —si consigue que la criatura ofenda a su
Señor, aunque sea en poco—
podrá lanzar sobre
aquella conciencia la grave tentación de la desesperanza
Amigos de Dios
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