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El Cielo… Tratado de los Novísimos o de
la consumación. (I)
1. La felicidad esencial
del cielo
Las almas de los justos que en el instante de la
muerte
se hallan libres de toda culpa y pena de pecado
entran en el cielo (de fe).
San Pablo insiste en el carácter misterioso de la
bienaventuranza futura:
«Ni el ojo vio, y ni el
oído oyó, ni vino a la mente del hombre
lo que Dios ha preparado
para los que le aman»
San Agustín estudia detenidamente la esencia de
la felicidad del cielo
y la hace consistir en
la visión inmediata de Dios.
La escolástica insiste sobre el carácter
absolutamente sobrenatural de la misma,
y exige una especial
iluminación del entendimiento,
la llamada luz de gloria
(lumen gloriae);
es decir, un don sobrenatural y habitual del
entendimiento
que le capacita para el acto de la visión de
Dios,
Los actos que integran la felicidad celestial son
de entendimiento (visio),
de amor (amor, caritas)
y de gozo (gaudium,
fruitio).
El acto fundamental es — según la doctrina
tomista — el de entendimiento,
y — según la doctrina
escotista — el de amor.
Tratado de los novísimos o de la
consumación.
La escatología del individuo
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