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No hablaba con el monje...
«¿Qué quieres que
hagamos? ¿Subirnos al monte y hacernos monjes?
–le preguntaban a San
Juan Crisóstomo–,
y él responde: eso que decís es lo que me hace
llorar:
que penséis que la modestia y la castidad son propias solo de
los monjes.
No. Cristo puso leyes comunes para todos.
Y así,
cuando dijo el que mira a una mujer para desearla(Mt 5, 28),
no
hablaba con el monje, sino con el hombre de la calle...»
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