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Mandamientos sin importancia...
Un niño de unos nueve años, un domingo recuerda a
su padre que hay que ir a misa.
-Hoy no vamos - dice el
padre-. Yo tengo otras cosas que hacer.
-Pero, papá, -insiste el
niño- es que hoy tenemos obligación de ir. Lo manda el tercer Mandamiento de
la Ley de Dios.
-No te preocupes. Eso no tiene importancia. Ya
iras otro día. El pequeño se calla. Pero al poco rato interviene de nuevo:
-Oye papá, si el tercer Mandamiento no tiene
importancia, el cuarto aún debe importar menos
Agustín Filgueiras Pita
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