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Macario y el diablo que sí existe!!!
Un día, el
abad Macario volvía del campo a su celda llevando unas hojas de palmera.
En el camino, el diablo le abordó con una hoz queriéndole herir, pero no
lo logró.
El diablo le dijo entonces:
“Macario, padezco muchos
tormentos por tu causa, porque no te he podido vencer.
Sin embargo,
hago todo lo que tú haces:
tú ayunas, y yo no como nunca; tú vigilas,
y yo no duermo jamás.
Hay una sola cosa en la que me puedes.”
- ¿Cuál? preguntó Macario.
– “Es tu humildad la que me impide
vencerte.”
Las Sentencias de los Padres del desierto (siglos
IV y V) Macario 11
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