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Regalo con manchas...
Cuando, por nosotros mismos,
confiados en nuestra propia disposición y esfuerzo,
presentamos
nuestra ofrenda a Jesús,
Él la examina y a menudo la rechaza porque
la encuentra manchada de nuestro amor propio.
Cuando queramos ofrecer
algo a Dios, para que lo reciba con cariño,
hagámoslo a través María:
envuelto en los méritos de la Madre de Dios
nada, nunca, será
rechazado.
San Bernardo
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