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¿Libertad?
¡Mi libertad! ¡Mi libertad!
Y no
la usan. Trágica esclavitud. No se comprometen.
Dios no se contenta
con pedazos, lo quiere todo.
Rechaza las esquinas oscuras del alma.
Es un Dios celoso.
Le doy más gloria Dios con el holocausto de
mis talentos,
que con el uso vano de ellos.
La voluntad es la
más personal de nuestras posesiones.
¿Por qué estos privilegios míos?
Gloriosa libertad de los hijos de Dios.
El sometimiento personal
es precisamente mi libertad.
San Josemaría
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