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Tipos duros...‏


Debemos anhelar la santidad de tal manera

que nunca nos sintamos satisfechos en esta vida,

como nunca se siente satisfecho el avaro.


Los árboles que crecen en lugares sombreados y libres de vientos,

mientras que externamente se desarrollan con aspecto próspero,

se hacen blandos y fangosos, y fácilmente les hiere cualquier cosa;

sin embargo,

los árboles que viven en las cumbres de los montes más altos,

agitados por muchos vientos y constantemente expuestos a la intemperie

y a todas las inclemencias,

golpeados por fortísimas tempestades y cubiertos de frecuentes nieves,

se hacen más robustos que el hierro.

San Juan Crisóstomo