|
Ya no nos aborrecen.
El Señor venció al mundo.
También sus discípulos vencieron y configuraron el mundo según su fe.
Nosotros, creo, no estamos siguiendo el mismo camino.
Es el mundo
quien nos está conformando a su imagen y semejanza.
Con razón ha
podido Maritain hablar
de ese nuevo tipo de cristiano contemporáneo
-incluyendo un también nuevo tipo de eclesiástico-
que se pone de
rodillas ante el mundo,
extático ante sus logros, sus adelantos, su
técnica.
Por eso, quizá, parece ser que hoy el mundo ya no nos
aborrece:
nuestras vidas no constituyen una negación de sus
postulados
y una afirmación del Evangelio.
Padre
Federico Suárez.
|
|