Consideraciones.org

 
Para ponernos a pensar...
 

Un pálido reflejo‏.

Es maravilloso detenerse a admirar cómo se hace presente la vida del Espíritu en las relaciones humanas.

Porque todo gesto de amor humano es un pálido reflejo de ese Amor infinito que une al Padre y al Hijo.

Toda experiencia de amor sincero es una chispa del Espíritu Santo que se mete en este mundo.

Puedo detenerme a admirar los luminosos reflejos del Espíritu Santo en una pareja que se ama,

en un abrazo de reencuentro, en un gesto de servicio humilde y generoso, en una sonrisa que busca hacer feliz a otro.

Cinco minutos con el Espíritu Santo.