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"Una vida para Dios"
"El Señor quiere, para la
generalidad de los hombres, que cada uno, en las circunstancias concretas de
su propia condición en el mundo, procure ser santo: "ésta es la voluntad de
Dios, vuestra santificación" (1 Ts 4, 3). La llamada de Dios no ha de ser
necesariamente un requerimiento para apartarse del mundo --"no te pido que
los saques del mundo sino que los preserves del mal" (Jn 17,13)--; para
abandonar aquellas realidades temporales en las que una determinada criatura
se encuentra inmersa. Esa llamada reclama, eso sí, estar presente de un modo
nuevo, porque con esa luz de Dios las distintas ocupaciones temporales se
convierten para el cristiano en medio de santificación y apostolado"
Beato Álvaro del Portillo
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