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El gran fracaso.
Verdaderamente acertadas fueron
aquellas palabras que,
después de una vida de muchos sufrimientos
físicos,
dejó escritas un alma que amó mucho al Señor:
«Lo que
frustra una vida –escribió en una pequeña nota–
no es el dolor, sino
la falta de amor».
Este es el gran fracaso: no haber amado.
Haber hecho quizá muchas cosas en la vida,
pero no haber llevado a
cabo lo que realmente importaba:
el Amor a Dios.
Padre Francisco Fernández Carvajal
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