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El pajarito y el águila. Primera parte de la carta 197 de santa
Teresita.
Querida hermana,
… ¿Cómo me puedes
preguntar si te es posible amar a Dios como yo lo amo?
…Si tú
hubieses entendido la historia de mi pajarito, no me hubieras hecho esa
pregunta.
Mi [__________ (llenar la línea en blanco: virtudes,
talentos, numerosos regalos, etc.] son nada; no son ellos los que me dan la
confianza ilimitada que siento en mi corazón. Ellos son, para decirte la
verdad, las riquezas espirituales que nos hacen injustos, cuando uno
descansa en ellas con complacencia y cuando creemos que ellas son algo
grande… … Ah! Realmente siento que no es esto, de ninguna manera, lo que le
agrada Dios en mi pequeña alma; lo que le agrada a Él, es que Él me ve
amando mi pequeñez y mi pobreza, la esperanza ciega que tengo en su
misericordia.… Ese es mi único tesoro… ¿Por qué ese tesoro no puede ser
tuyo?
Santa Teresa del Niño Jesús y de la Faz de Cristo.
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