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¿Te fijas en el reo?
Cuando Simón de Cirene fue
reclamado para ayudar a Jesús a llevar su Cruz, aceptó al principio con
disgusto.
Fue forzado, escribe el evangelista.
En un primer
momento sólo miraba la Cruz,
y la Cruz era un simple madero pesado y
molesto.
Después no se fijó ya en el madero, sino en el reo.
Entonces todo cambió:
ayudó con amor Jesús y mereció el premio de la
fe
para él y para sus hijos.
Padre Fernández Carvajal.
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