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Pecado (2)
Tibi soli peccavi, contra Ti solo pequé
(Sal 50, 6).
Ese “Tibi soli” no anula las demás dimensiones del mal
moral, como es el pecado en relación a la comunidad humana. “El
pecado” es un mal moral de modo principal y definitivo en relación con
Dios mismo, con el Padre en el Hijo.
El mundo (contemporáneo) y el
príncipe de este mundo trabajan muchísimo para anular y aniquilar este
aspecto en el hombre, La Iglesia (...) trabaja sobre todo para que cada
uno de los hombres se encuentre a sí mismo con el propio pecado ante Dios
solo, y en consecuencia para que acoja la penitencia salvífica del perdón
contenida en la pasión y en la resurrección de Cristo
San
Juan Pablo II
¡Qué gran don del Cielo es poder reconocer
nuestros pecados, sin excusas ni mentiras, y acercarnos hasta la
fuente inagotable de la misericordia divina y poder decir: Padre,
perdónanos nuestras ofensas! ¡Qué paz tan grande da el Señor!
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