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Para ponernos a pensar...
 
Una voz elocuente.

Santa Gertrudis, le preguntó a San Juan por qué,
habiendo reposado su cabeza en el pecho de Jesús durante la última cena,
no había escrito nada, para nuestra instrucción,
sobre las profundidades y movimientos del Sagrado Corazón de Jesús.

San Juan le respondió:
“Mi ministerio en ese tiempo en que la Iglesia se formaba
consistía en hablar únicamente sobre la Palabra del Verbo Encarnado......;
pero en los últimos tiempos,
se les está reservado la gracia de oír la voz elocuente del Corazón de Jesús.
A esta voz, el mundo, debilitado en el amor a Dios, se renovará,
se levantará de su letargo y una vez más, será inflamado en la llama del amor divino”

Santa Gertrudis