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Se termina...
Al hacer examen es fácil que
encontremos, en este año que termina, omisiones en la caridad, escasa
laboriosidad en el trabajo profesional, mediocridad espiritual aceptada,
poca limosna, egoísmo, vanidad, faltas de mortificación en las comidas,
gracias del Espíritu Santo no correspondidas, intemperancia, malhumor, mal
carácter, distracciones más o menos voluntarias en nuestras prácticas de
piedad... Son innumerables los motivos para terminar el año pidiendo
perdón al Señor, haciendo actos de contrición y de desagravio. Miramos
cada uno de los días del año y «cada día hemos de pedir perdón, porque cada
día hemos ofendido.
San Agustín.
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