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o dudaron, obedecieron.
¡Qué admirable pesca la del
Salvador! Admirad la fe y la obediencia de los discípulos. Oyen la llamada
de Jesús y no dudan un solo momento; lo dejan todo inmediatamente y le
siguen. Es esta clase de obediencia la que nos pide Cristo, sin la más
mínima duda, incluso en el caso que nos apremien necesidades aparentemente
más urgentes Seguir a Jesús, obedecer su palabra, es un deber que está por
encima de todos los demás.
San Juan Crisóstomo.
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