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Lo íntimo en Jesús…
Había efectivamente en Jesús
algo íntimo, un sancta sanctorum al que no tenía acceso ni su misma madre,
sino únicamente su Padre. En su alma humana había un lugar, precisamente el
más profundo, completamente vacío de todo lo humano, libre de cualquier
apego terreno, absolutamente virgen v consagrado del todo a Dios. El Padre
era su mundo, su realidad y su existencia y con él llevaba en común la más
fecunda de las vidas.
Karl Adam
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