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Ingratitud ...
Si es difícil sufrir, es mucho más
difícil sufrir voluntariamente por aquellos que no muestran
agradecimiento por lo que hacemos por ellos. Pero lo más difícil, no,
imposible, excepto por quien es Dios mismo, o comparte la caridad divina del
Hijo de Dios, es sufrir por los que retribuyen nuestro amor con odio,
nuestros sufrimientos con amarga burla, los favores que obtenemos para ellos
en ultrajes e insultos. Fue esto lo que aplastó contra la tierra al Hijo de
Dios. ¡Ay! ¡Cuán desagradecido soy con Él!
Padre Richard
Frederick Clark, S.J.
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