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¿Te desmoralizas.
A ti que te desmoralizas, te
repetiré una cosa muy consoladora: al que hace lo que puede, Dios no le
niega su gracia. Nuestro Señor es Padre, y si un hijo le dice en la
quietud de su corazón: Padre mío del Cielo, aquí estoy yo, ayúdame... Si
acude a la Madre de Dios, que es Madre nuestra, sale adelante.
Pero Dios es exigente. Pide amor de verdad; no quiere traidores. Hay que ser
fieles a esa pelea sobrenatural, que es ser feliz en la tierra a fuerza de
sacrificio.
San Josemaría Escrivá
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