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Perseverancia para luchar y recomenzar cuantas veces sea
necesario.
En la lucha está el amor.
Nuestro amor a Cristo se manifestará en la decisión y en el
esfuerzo por arrancar lo antes posible el defecto dominante, o por alcanzar
aquella virtud que se presenta difícil de conseguir.
No le pregunta
el Señor al paralítico para saber –era superfluo–, sino para poner de
manifiesto la paciencia de aquel hombre que, durante treinta y ocho años,
sin cejar, insistió, esperando verse libre de su enfermedad.
San Juan
Crisóstomo
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