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De lo despreciable y de lo noble...
Los sarmientos
de la vid son de lo más despreciable si no están unidos a la cepa; y de lo
más noble si lo están (...). Si se cortan no sirven de nada, ni para el
viñador ni para el carpintero.
Para los sarmientos una de dos: o la
vid o el fuego. Si no están en la vid, van al fuego; para no ir al fuego,
que estén unidos a la vid».
San Agustín.
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