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La Hora Santa en presencia del Santísimo Sacramento.
La Hora Santa no es una devoción; es una participación en la obra de
redención.
Nuestro Señor usó las palabras "hora" y "día" en dos
connotaciones totalmente diferentes en el Evangelio de Juan: "Día" pertenece
a Dios; la "hora" pertenece al mal. Siete veces en el Evangelio de Juan, se
usa la palabra "hora", y en cada caso, se refiere al demoníaco, y a los
momentos en que Cristo ya no está en las manos del Padre, sino en manos de
los hombres.
En el Jardín nuestro Señor contrastó dos "horas" -una
era la hora del diablo "esta es tu hora" -con la cual Judas podría apagar
las luces del mundo. Por el contrario, Nuestro Señor preguntó: "¿No podíais
velar una hora conmigo? En otras palabras, pidió una hora de reparación para
combatir la hora del mal; una hora de unión ofrecida como víctima con la
Cruz para vencer el anti-amor del pecado.
Venerable Fulton
Sheen
(continuará)
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